En la Iglesia Cristiana Emmanuel de Caguas creemos que la alabanza y la adoración al Único y Verdadero Dios, revelado en la Biblia como Jehová Dios y manifestado en la perfecta unidad
del Padre, Hijo y Espíritu Santo, es una parte fundamental de nuestro llamado a ser sal y luz, y, por lo tanto, es una parte fundamental del diseño del culto que le rendimos a Dios como Iglesia
local.
Para nosotros los adoradores son personas que:
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Han aceptado y recibido el señorío de Jesucristo de Nazaret sobre sus vidas, habiéndolo confesado públicamente y habiendo dado testimonio de arrepentimiento y
conversión mediante un cambio de vida que demuestre obediencia a Dios y a la Biblia.
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Han sido bautizadas en las aguas mediante inmersión como testimonio público de su fe en Jesús.
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Viven una vida de familia y matrimonio que manifieste orden, amor, respeto, fidelidad, lealtad y honra.
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Han aprendido a sujetarse a las autoridades espirituales que ministran sobre sus vidas en la Iglesia.
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Han aprendido a sujetarse a las autoridades terrenales y viven en obediencia a las leyes del País, como ciudadanos morales y éticos en la sociedad, mientras estas
leyes no vayan en contra de las ordenanzas morales y éticas de la Biblia.
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Han decidido permanecer y perseverar en la Iglesia
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Se congregan de manera consistente.
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Apoyan de manera consistente la obra del ministerio mediante sus diezmos y ofrendas.
Además, en cuanto a su función en el Ministerio de Adoración, son capacitados para:
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Saben tocar eficientemente el instrumento que desean tocar o que se necesite en el momento en el Ministerio, lo cual se corroborará mediante audición.
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Si desean cantar, saben afinar, lo cual se corroborará mediante audición.
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Saben seguir rítmicamente una canción, lo cual se corroborará mediante audición.
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Pueden seguir las instrucciones de un director o directora musical, y de un líder ministerial.
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Pueden trabajar en equipo.
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Pueden asistir consistentemente a las reuniones de ensayo y capacitación semanal